30 de abril de 1977.

Se juntaban desde antes, pero ese día la policía dio la orden de que no podían mantener reuniones en la Plaza de Mayo. “Circulen”, les dijeron. Comenzaron a girar en ronda. No eran más que un puñado. Una de ellas, Azucena Villaflor, pidió que se pusieran en fila, una detrás de la otra, para hacer la hilera más larga, para que parecieran más de las que eran. Las que quedaban más