Trabajadores de la planta Clason/Totoras de Lácteos Verónica denuncian que la empresa adeuda salarios desde abril y aseguran que retuvo aportes a obras sociales y prepagas. 

"Entramos en el día 19 de la retención de crédito laboral por los salarios adeudados. La empresa está adeudando casi el 50 por ciento del mes de abril, adeuda obras sociales, prepagas, cuotas alimentarias y ya empezaría a correr el mes de mayo", contó el delegado de planta y trabajador Rodolfo Rodríguez este sábado, en la 750

A pesar de los intentos por dialogar con el presidente del directorio que hoy maneja Verónica, Alejandro Espiñeira, los trabajadores no lograron llegar a un acuerdo, en particular por las retenciones de prepagas y obra social. 

"Tuvimos una situación muy particular hace años con eso, un trabajador con su hijo en tratamiento oncológico tuvo que ir de urgencia a la ciudad de Rosario, que está a 60 kilómetros, y cuando llegó se encuentró con que tenía la prepaga cortada", recordó el delegado. "A ese nivel de deshumanización están estos empresarios. Porque después se manifestó ante él, iniciamos una medida de protesta, no se le movió un pelo a este señor Espiñeira".

Según los trabajadores, la crisis empezó con la conformación del directorio, tras el fallecimiento de uno de los tres hermanos que adueñan la compañía. Fue en 2017 que la empresa, históricamente una compañía familiar, pasó a manos de Espiñeira, un empresario de 82 años que ese mismo año se sumó al blanqueo estatal por millones de dólares, y perdió contacto con sus trabajadores. 

"La empresa es histórica en la zona, está fundada por tres hermanos de nacionalidad española. Sólo uno está con vida", contó Rodríguez. "En 2017 coquetearon con un preventivo de crisis, los trabajadores lo rechazamos y llegamos a un acuerdo para aliviar esta situación, que nos desdoblen el sueldo o nos paguen en cuotas". 

Y así fue hasta la pandemia, cuando se normalizó la situación de los salarios y la producción alcanzó récords internos de elaboración, proceso y distribución de leche. Normalmente, en una jornada se elaboraban entre las tres plantas Verónica alrededor de 700 mil litros de leche. Durante la pandemia, los trabajadores alcanzaron el millón. 

"Pero desde hace dos años esto viene en picada, la empresa se fue vaciando, se fueron retirando tambos, no hubo inversiones y se iban jubilando compañeros. Y bueno, llegamos a principios de año cuando la empresa empezó a hacer retenciones", agregó el delegado en Toma y daca

No sólo la cúpula empresarial abandonó a los trabajadores, también la política los dejó sin protección. En la reunión que mantuvieron en conjunto con el Ministerio de Trabajo, la representación de la compañía ofreció cancelar parte lo adeudado de abril entre el 2 y el 11 de junio, un porcentaje que no fue aclarado por la empresa y tampoco se habló del pago de mayo. Por su parte, las autoridades de la provincia de Santa Fe no se comunicaron con ninguno de los casi 700 empleados que tiene la empresa en total.

"Estamos muy enojados. Ni el gobernador, nadie de la provincia se acercó. Son 700 familias de Santa Fe entre las tres plantas instaladas, más toda la gente que trabaja en los depósitos de distribución en el país. Nadie al día de hoy apareció y eso es lo que desespera, estamos desamparados", cuestionó Rodríguez. "No hay nadie en el Estado que controle o que le ponga un límite a esta gente que hace lo que quiere".