El último fin de semana largo de Semana Santa dejó números preocupantes para el turismo bonaerense. Según el informe oficial de la Subsecretaría de Turismo, el flujo de turistas descendió un 47,3 por ciento respecto al mismo período de 2024. Si la comparación se hace contra 2023, año con la misma cantidad de días feriados, la caída fue del 11 por ciento. A pesar del menor movimiento, el gasto turístico real aumentó un 10,3 por ciento. Los datos no abren mucha expectativa respecto al próximo fin de semana, que también tendrá cuatro días no laborables consecutivos.
Los números del informe son claros: entre el miércoles 16 y el domingo 20 de abril de 2025, viajaron 466.939 turistas a la provincia. Un año antes, con un fin de semana de seis días por la suma de Semana Santa y el Día del Veterano y de los Caídos en Malvinas, el flujo fue de 886.888 visitantes. Si se pone el foco en 2023, cuando el feriado tuvo igual extensión que este año, la cifra fue de 524.755 turistas. El descenso, en términos absolutos, fue de 57.816 personas menos respecto a 2023 y de 419.949 menos respecto a 2024.
El diagnóstico oficial apunta al impacto del contexto económico. Para Soledad Martínez, “esto ya no es más una tendencia, si no que ya se consolidó la reducción de la posibilidad de tomarse días de descanso, así que eso sin duda es fruto de las políticas de ajuste del gobierno nacional”. La subsecretaria de Turismo bonaerense agrega que, en este escenario, “la ausencia general que tiene el Estado nacional en el área vinculada al turismo, no hay una sola política de fomento al consumo interno, por el contrario, el atraso cambiario nos sigue jugando en contra, se vio durante toda la temporada con la salida masiva de argentinos al exterior”.
De este modo, Martinez sostiene que el fin de semana largo de Semana Santa para la provincia de Buenos Aires fue malo, porque viene cayendo en relación a años anteriores, fundamentalmente tomando como base de comparación el 2023 ya que el 2024 tuvo 6 días. “Entonces, si lo comparamos con 2023 es casi un 15 por ciento menos y eso sin duda responde a esta lógica del gobierno nacional del ajuste”, asegura Martínez. A nivel nacional, según informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la cantidad de viajeros cayó un 16 por ciento con respecto a este mismo periodo de 2024.
Una contradicción turística como nueva tendencia de la crisis
El informe revela que la caída no fue solo en cantidad de turistas. El índice de ocupación en alojamientos turísticos cayó a 57,2 por ciento, cuando el año pasado había alcanzado el 79,7 por ciento. Es decir, una baja de 22,5 puntos porcentuales en un año, y de 12,7 puntos respecto a 2023, cuando la ocupación fue del 69,9 por ciento. De los 35 destinos relevados en 21 municipios, solo cinco mostraron un crecimiento de ocupación respecto al año anterior, mientras que 24 tuvieron caídas y uno se mantuvo igual. Entre los descensos más marcados figuran Camet Norte (36,5 por ciento, una caída de 63,5 puntos respecto a 2024), Valeria del Mar (50 por ciento, baja de 46 puntos) y Pehuén Co con un 18 por ciento y una caída de 52 puntos.
Sin embargo, en contraste con el desplome de turistas, el gasto real creció un 10,3 por ciento en comparación a 2023. Según la metodología, el gasto turístico se calcula en base a la estadía media, el gasto diario y la cantidad de visitantes. Este año, la estadía promedio fue de 3,1 días y el gasto diario estimado en la provincia alcanzó los 77.079 por ciento por persona, contra 9.372 pesos en 2023. En términos nominales, el gasto turístico ascendió de 16.721 millones en 2023 a 111.573 millones de pesos este año, de acuerdo al informe.
Sobre esta aparente contradicción en el proceder de los turistas, la funcionaria interpreta: “Saliendo de casos particulares, a nivel general lo primero que hace la gente es ajustar en ocio, en entretenimiento, en vacaciones”. De fondo, se percibe un público más selectivo, que viaja menos pero gasta más durante su estadía, impulsado además por la inflación y la suba de precios en todos los rubros vinculados al turismo.
Qué lugares crecieron y cuáles cayeron
Los destinos que lograron mejorar sus niveles de ocupación fueron excepcionales en el panorama provincial. Tigre, por ejemplo, registró un 87,4 por ciento de ocupación, 11,1 puntos más que en 2024 en la zona del Delta y sus cabañas. La Caleta, en Mar Chiquita, trepó a 72,4 por ciento (+47,4 puntos). Costa del Este y Carhué también mostraron subas. El resto del mapa, sin embargo, reflejó caídas significativas.
En palabras de Martínez, “en general todos nuestros destinos bajaron su ocupación salvo algunos que los mantuvieron en igual ocupación que lo que fue el año 2023, pero insisto, no han sido números significativos”.
¿Qué se hace desde la Provincia?
Consultada sobre las acciones para revertir la tendencia, Martínez señala que desde la Provincia están en conversaciones permanentes con Daniel Scioli para poder cambiar el escenario. “No es un pedido solamente de la provincia de Buenos Aires, es un pedido que también estamos canalizando a través del Consejo Federal de Turismo que es donde estamos todas las provincias”, argumenta y arremete: “El Estado nacional no está haciendo nada, ningún tipo de política que fomente el consumo a ningún nivel, pero en el turismo se nota muchísimo el cambio”.
La subsecretaria menciona acuerdos bonaerenses con el sector privado, programas con descuentos del Banco Provincia y gestiones para restablecer feriados turísticos. Pero advierte que “el Estado provincial no puede suplir las políticas que corresponden al gobierno nacional de Javier Milei”.
El balance es contundente: “Esto quiero dejar bien en claro que es una preocupación de todas las provincias la falta de promoción del turismo interno”. En síntesis, Semana Santa 2025 en la provincia de Buenos Aires fue el reflejo de una tendencia consolidada, según Martínez: menos turistas, gasto más alto, y la advertencia de un sector que exige respuestas.