Según la más reciente medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), “en junio, la inflación mensual fue del 1,8%, lo que representa una aceleración del 50% frente al 1,2% de mayo”.

El informe destaca que “en términos interanuales, la inflación fue del 39,8%, perforando por primera vez el umbral del 40% desde marzo de 2021. En los primeros seis meses de 2025, la inflación acumula un 14%; de repetirse estas cifras en la segunda mitad del año, la inflación acumulada del año sería del 30%”. 

En su análisis sobre los resultados de la medición, el director ejecutivo del CCD y exministro de Educación, Nicolás Trotta, destacó que “la aceleración del 50% en la tasa de inflación de junio, con una duplicación de la tasa de inflación de alimentos, es una señal de agotamiento de la política antinflacionaria basada en el ancla del dólar y el control de las paritarias. Las crecientes expectativas de devaluación, la imposibilidad de acumular reservas sin acelerar la dinámica de precios, el freno de las liquidaciones del agro, la abrumadora formación de activos externos, entre otras fugas de dólares, ponen en duda la estabilidad cambiara, que es el núcleo de la estrategia del gobierno para contener la inflación y afrontar el proceso electoral”. 

Entre los rubros que más aumentaron en junio, según la medición del IET, “se encuentran bebidas alcohólicas y tabaco (3,6%), impulsado por subas en cigarrillos y cerveza; bienes y servicios varios (2,8%), donde destacaron los servicios financieros y productos de cuidado personal; y un conjunto que incluye educación, recreación y cultura, y vivienda (todos con aumentos del 2,6%). En este último caso influyeron alzas en alquileres, expensas y electricidad. También se registraron aumentos relevantes en salud (2,5%) y transporte (2,3%), especialmente por subas en transporte público y pasajes de avión”.

También los analistas destacan en el informe que “por debajo del promedio se ubicaron restaurantes y hoteles (1,6%) y alimentos y bebidas no alcohólicas (1,1%). Este último rubro, el de mayor peso en la canasta, se vio contenido por la baja estacional en verduras. Otros rubros con subas inferiores al 1% fueron equipamiento y mantenimiento del hogar, comunicaciones y prendas de vestir y calzado”.

Por su parte, el coordinador del IET, Fabián Amico, al revisar la tendencia del mes destacó que “la inflación de junio parece marcar un quiebre en la tendencia a la desaceleración debido a dos factores principales. Por un lado, una nueva suba de los precios regulados decidida por el gobierno para continuar el camino de reducción de los subsidios. Por el otro, y más determinante aún, la tendencia a la suba del tipo de cambio oficial que tiende a moverse por encima del 5% mensual y, por supuesto, impulsa la inflación en general y la de alimentos en particular, algo que fue central para incidir en la baja de la pobreza”.

Inflación más alta para los inquilinos 

“En términos de grupos sociales, la inflación fue más alta en los hogares con jefes inquilinos (1,96%) y más baja en los propietarios (1,76%), debido a la incidencia del aumento en los alquileres. Por situación laboral, los asalariados registrados y los no asalariados tuvieron una inflación levemente superior al promedio, mientras que los desocupados y asalariados informales estuvieron por debajo. No se observaron diferencias significativas entre hombres y mujeres”, revela el documento.

Asimismo, el informe hace una alerta sobre el hecho que “desde noviembre de 2023, la inflación acumulada fue mayor en los hogares de jubilados y propietarios, y más baja en los inquilinos. Esto se explica por el menor aumento de los alquileres en el período, a diferencia de los rubros de salud y vivienda, que afectan más a los jubilados”.

“En la comparación por nivel de ingresos, en junio la inflación fue más alta en los hogares de mayores ingresos (1,95% en el decil más alto), debido a subas en bienes vinculados al turismo, como paquetes turísticos y pasajes de avión. En contraste, fue inferior al 1,7% en los tres deciles más bajos, donde los alimentos tienen más peso y su suba fue moderada. Sin embargo, en el acumulado desde noviembre, la inflación fue ligeramente más alta en el decil más pobre que en el resto”, indican los especialistas.

El documento también destaca que “por rama de ocupación del jefe de hogar, la inflación de junio fue más elevada en sectores de mayores ingresos, como servicios profesionales y finanzas, y más baja en ramas de menores ingresos, como servicio doméstico, construcción y agro. En el acumulado desde noviembre, los trabajadores de servicios profesionales sufrieron una inflación más alta, mientras que los de petróleo, minería, electricidad y gas estuvieron con las menores subas”.