A Ana Tapia todavía le duelen las piernas de las balas de goma que recibió un miércoles de marzo mientras protestaba por una jubilación digna en los alrededores del Congreso de la Nación. Eso no la detuvo, continúa manifestándose junto a sus compañerxs de la organización Jubilades Insurgentes. “Varias veces nos preguntan de dónde sacamos la fuerza para luchar y yo digo que nos sale de la intolerancia a las injusticias que tenemos las jubilados sobre todo y los jubilados también, pero somos muchas má